miércoles, 21 de diciembre de 2011

¡¡¡ Feliz Navidad !!!

Ilusión, esperanza, alegría y paz, lo que deseamos para todos en estos días
Damas Portapasos de La Despedida (Agrup. del Ósculo. Cofradía California)
Navidad 2011

"Los Santos adorando al Niño" (1460-65) - Fillippo Lippi. Civic Museum, Prato. Italia

martes, 19 de julio de 2011

Iconografía de la escena de La Despedida

En contraposición a lo que sucede con otras escenas de la Pasión, Muerte y Resurrección de Cristo, sobre el pasaje que representa el momento de La Despedida de Jesús de su Madre no existen fuentes textuales que cuenten o describan como y cuando se desarrolló este episodio de su vida, ni en los Evangelios canónicos, ni en los apócrifos, ni siquiera en “La Leyenda Dorada”, la más célebre recopilación de leyendas piadosas en torno a la vida de Cristo y los Santos escrita por el beato Santiago de la Vorágine (Varazze, 1230-Génova, 1298), una de las fuentes de inspiración más importantes e influyentes en la iconografía pictórica y escultórica utilizada por numerosos artistas. Sin embargo, y como hemos visto en otras entradas de este blog, existen numerosas obras que representan la escena de La Despedida de Cristo de su Madre.

En este vídeo que hemos realizado mostramos una recopilación de diversas obras que abarcan desde el grabado (cuya ejecución contribuyó en gran medida a la inicial difusión de la iconografía de La Despedida), así como pinturas y esculturas procesionales en las que podemos conocer diferentes aportaciones iconográficas sobre esta escena realizadas por destacados artistas (tanto del renacimiento como del barroco, así como por autores contemporáneos), en las que se representa esta escena de La Pasión que forma parte de importantes y reconocidos cortejos procesionales como los de Trápani (Sicilia, Italia), y en los de las Semanas Santas de Zamora y Cartagena.


miércoles, 13 de julio de 2011

“Al despedimiento de Cristo y la Virgen”. Uno de Los Romances escritos por Lope de Vega para cantar en la Semana Santa



Entre las muchas y curiosas tradiciones que se desarrollan con motivo de la celebración de la Semana Santa en nuestro país hemos encontrado una que nos ha llamado especialmente la atención, no solo por ser una peculiar expresión de religiosidad popular, sino también por el hecho de que en ella está presente el relato de la escena de la Despedida de Cristo de su Madre.

Así en algunas procesiones de la Semana Santa española existe la tradición de recitar una colección de romances escritos en el siglo XVII por Lope de Vega y Carpio, publicados en su obra titulada “Catorce Romances a la Pasión de Cristo" compuesta, - tal y como nos indica su titulo-, por catorce romances dedicados a diversos pasajes de la Pasión y Muerte de Cristo como la Oración en el Huerto, los Azotes, la Coronación de Espinas, Su presentación como Ecce Homo, llevando la Cruz a cuestas, desnudándole de la túnica, el levantamiento en la Cruz, las Siete Palabras, el buen ladrón, su Expiración en la Cruz, el Descendimiento, la Soledad de Nuestra Señora, y la Sepultura, iniciando los romances el dedicado al ‘Despedimiento de Cristo y la Virgen’.
Este es el texto de este romance:

“CATORCE ROMANCES A LA PASION DE CRISTO”

ROMANCE I.
Al despedimiento de Cristo y la Virgen

Los dos más dulces esposos
los dos más tiernos amantes
los mejores madre e hijo
porque son Cristo y su madre.

Tiernamente se despiden;
tanto, que en solo mirarse
parece que entre los dos
se está repartiendo el cáliz.

Hijo, le dice la Virgen
¡ay si pudiera excusarte
esta llorosa partida
que la entrañas me parte!

A morir vas, hijo mío
por el hombre que criasteis,
que ofensas hechas Dios
solo Dios las satisface.

No se dirá por el hombre
quien tal hizo que tal pague,
pues Vos pagáis por él
al precio de vuestra sangre.

Dejadme, Dulce Jesús,
que mil veces os abrace
porque me deis fortaleza
que a tantos dolores baste.

Para llevaros a Egipto
hubo quien me acompañase,
mas para quedar sin Vos
¿quién dejáis que me acompañe?

Aunque un ángel me dejaseis
no es posible consolarme,
que ausencia de un hijo Dios
no puede suplir un ángel.

Siento yo vuestros azotes
porque vuestra tierna carne
como es hecha de la mía
hace también que me alcance.

Vuestra cruz llevo en los hombros
y hay que pasar adelante,
pues si a los vuestros aliento,
aunque soy vuestra, soy madre.

Mirando Cristo a María
las lágrimas venerables,
a la emperatriz del cielo
responde palabras tales:

Dulcísima madre mía,
vos y yo dolor tan grande
dos veces le padecemos,
pues lo padecemos antes.

Con vos quedo aunque me voy,
que no es posible apartarse
por muerte ni por ausencia
tan verdaderos amantes.

Yo siento más que mi muerte
el ver que el dolor os mate,
que el sentirlo o padecerlo
en mi son penas iguales.

Madre, yo voy a morir,
porque ya mi Eterno Padre
tiene dada la sentencia
contra mi que soy su imagen.

Por el más errado esclavo
que ha visto el mundo ni cabe
quiere que muera su hijo:
obedecerlo es amarle.

Para morir he nacido,
Él ordenó que bajase
de sus entrañas paternas
a las vuestras virginales.

Con humildad y obediencia
hasta la muerte he de hallarme;
la cruz me espera, señora,
consuélelos Dios; abrazadme.

Contempla a Cristo y María,
alma en tantas soledades,
que ella se queda sin hijo
y él sin su madre se parte.

Llega y dila: ¿Virgen pura.
queréis que os acompañe?
que si te quedas con ella
el cielo puede envidiarte.


La recitación pública de estos romances protagoniza algunas procesiones de la Semana Santa española, como la de la localidad abulense de Navaluenga, en la que en la denominada “Procesión de Los Romances”, que se desarrolla en la tarde de Jueves Santo, dos cuadrillas pertenecientes a la denominada 'Hermandad de Romanceros' cantan estos romances así como los 300 versos que Lope de Vega dedicó a la pasión de Jesucristo en el siglo XVII, publicados en su obra las ‘Rimas Sacras’ (1614).


No existe documentación que nos aporte información concreta sobre el origen de esta tradición popular, aunque algunos creen que pudo surgir en el siglo XVII como manifestación de fe durante la contrarreforma, para después convertirse en acto procesional en el siglo XVIII.


Estas cuadrillas, inicialmente compuestas exclusivamente por hombres, están abiertas en la actualidad tanto a mujeres como a niños, y acompañan una procesión conformada por cuatro pasos: Cristo Amarrado a la Columna, La Caída, Cristo de la Veracruz y La Virgen Dolorosa.



Finalizado su recorrido los romanceros se vuelven a citar junto la iglesia donde estas cuadrillas se desafían en lo que allí se denomina “el pique”, en el que con sus cantos cada cuadrilla intenta imponerse en voz y sentimiento a la otra.



Esta tradición, de forma similar, también se desarrolla en la localidad de Baños de Rioja, en la que en las noches de Jueves y Viernes Santo dos coros cantan también estos romances que Lope de Vega dedicó a la Pasión y Muerte de Cristo.

Texto: María Victoria Botí Espinosa


Fotos de esta entrada:
- Portada de libro “Catorce Romances a la Pasión de Cristo” publicada en la web
http://www.todocoleccion.net/
- Cuadrilla de romanceros, de la Agencia EFE, publicada en
http://www.soitu.es/soitu/2009/04/09/info/1239303236_462527.html
- Procesión de Los Romances, realizada por Ricardo Muñoz. Publicada por la edición digital del diario
El Mundo

jueves, 7 de julio de 2011

La Despedida de Cristo de su Madre, tema de la predela conservada del retablo de la capilla de la desparecida Hermandad del Despedimiento de Sevilla

La web “lahornacina.com” recoge entre sus artículos el titulado ‘El patrimonio artístico de la extinguida cofradía del Despedimiento (Sevilla)’, escrito por Jesús López Alfonso, en el que su autor nos ofrece un análisis del patrimonio artístico perteneciente a la desaparecida cofradía del Despedimiento de Cristo de su Madre, conservado en la Parroquia de San Isidoro de Sevilla, sobre la que hacíamos referencia en una anterior entrada a este blog.

Entre las obras analizadas hace referencia a una predela perteneciente al retablo de la capilla que esta cofradía adquirió en esta iglesia en 1683, protagonizada por una pintura que representa la escena de La Despedida de Cristo de su Madre, que alude al grupo titular de la hermandad propietaria de la misma, El Despedimiento.

La pintura se encuentra alojada dentro de un medallón de magníficas tallas en forma de rocallas, orlado por pinturas con motivos de flores.

De autor desconocido, y datada por el autor de este artículo hacia el último tercio del siglo XVIII, la pintura de esta predela desarrolla el momento de la Despedida en un paraje de la naturaleza, componiéndola con cinco figuras: Cristo y Maria, que ocupan la parte central de la obra, a su derecha, muy próximo a ellos, San Juan, y tras el apóstol, en un segundo plano, María Salomé y María Magdalena.

Como en otras representaciones de esta escena todos sus personajes expresan una profunda tristeza al ser conocedores del trágico destino que le depara a Cristo tras su partida, destacando en ella la serenidad del rostro de María en el momento en el que se abraza y es abrazada por su Hijo, abrazo con en el que ambos expresan su dolor por la cercana muerte de Jesús, que ya se aproxima.

Texto: María Victoria Botí Espinosa








Bibliografía: López Alfonso, Jesús. ‘El patrimonio artístico de la extinguida cofradía del Despedimiento (Sevilla)’, en www.lahornacina.com

miércoles, 6 de julio de 2011

Damas Portapasos de La Despedida de Jesús de la Stma. Virgen

En el año 2008 la Asociación Mujeres Cofrades de Cartagena, como motivo de la organización en esta ciudad del III Congreso Nacional de Mujeres Costaleras y Portapasos, que tuvo lugar en enero de 2009, realizó diversos vídeos, para la difusión de este Congreso, sobre la participación de los grupos femeninos de portapasos existentes en aquellos años en la Semana Santa de Cartagena (el del trono de La Despedida y el de Las Santas Mujeres).

En el vídeo de esta entrada se muestran fotografías del grupo de Damas Portapasos del trono de La Despedida de Jesús de la Stma. Virgen tomadas durante su participación en la procesión de Viernes de Dolores del año 2008 en la Semana Santa de Cartagena. Las fotos que forman parte de este vídeo fueron realizadas por María Dolores Vilar Albaladejo.

jueves, 30 de junio de 2011

El Despedimiento de Ntro. Señor Jesucristo. Un paso desaparecido en la Semana Santa sevillana

Escasa es la presencia de grupos escultóricos que representen la Despedida de Cristo de su Madre en los cortejos penitenciales de la Semana Santa española, localizados tan solo en la actualidad en las procesiones de Zamora, Garachico (Tenerife) y Cartagena, existiendo constancia documental de que en la Semana Santa de Sevilla, como en la de Lucena (Córdoba) y Málaga, ha habido cofradías y hermandades -ya extinguidas-, que procesionaban la escena de La Despedida.

Así la Semana Santa sevillana, durante los siglos XVII, XVIII y XIX, en la noche del Miércoles Santo procesionaba una cofradía – extinta desde finales el XIX - que tenía este pasaje de la Pasión de Cristo como titular de la misma, la denominada “Cofradía del Despedimiento de Nuestro Señor de su Santísima Madre”.

Aunque su fecha fundacional es desconocida, podemos afirmar que se puede datar con anterioridad al 1626, fecha en la que esta cofradía, que ya existía, se unió a la también extinguida hermandad del Santo Crucifijo y Virgen de las Virtudes (fundada en 1565), cofradía con la que compartiría sede canónica en el convento de San Agustín, del que ambas fueron trasladadas a su nueva sede canónica, la Parroquia de San Isidoro, en 1645, en la que se unieron a su vez con las cofradías de la Coronación de Espinas y Exaltación, pasando a denominarse en su conjunto como "Cofradía del Despedimiento de Nuestro Señor Jesucristo de su Santísima Madre, Santo Cristo de Virtudes y Dulce Nombre de María".

El grupo del Despedimiento fue realizado en 1689 por el escultor Francisco Antonio Ruiz Gijón (Utrera 1653 – Sevilla 1720), autor también de su trono realizado con grandes dimensiones (4 metros de largo x 2 de ancho), para acoger las seis figuras que configuraban esta escena: Cristo, la Virgen María, San Juan, San Pedro, Santiago y la Magdalena.

Sobre este trono se sabe que estaba realizado en madera de cedro tallada, calada y sobredorada en todo su conjunto, y que acogía cuatro ángeles vestidos en sus esquinas, así como querubines desnudos que decoraban toda la 'canastilla' (parte alta del Paso, sobre la cornisa o respiraderos, en la que se disponen escenas de la pasión relacionadas en alusión a la escena que en el paso se representa).

Aunque lamentablemente no existe documentación gráfica que nos permita ver como era esta obra, gracias al contenido de su contrato de ejecución, aún conservado, se sabe que llevaba tallado en medio de donde se situaba la escena un trozo de jardín algo que, según indica este documento, se le solicitó explícitamente a Ruiz Gijón.

Los seis personajes que conformaban este grupo estaban situados dos a dos, uno enfrente de otro, centrando el protagonismo de la escena en Cristo y María en actitud de despedirse, iconografía cuyos personajes presentes en ella (San Pedro, Santiago, San Juan y la Magdalena), así como su desarrollo en un espacio de la naturaleza, la podemos encontrar representada tanto en grabados como en pinturas de la época, que posiblemente pudo haber conocido Ruiz Gijón.

Este paso, considerado por algunos autores como uno de los más suntuosos de la Semana Santa sevillana, dejó de procesionar hacia el último cuarto del siglo XIX, debido a la complicada situación económica en la que llegó a encontrarse la cofradía a la que pertenecía.

De su conjunto tan solo se sabe que el trono, tras ser reformado 1817, fue utilizado por diversas cofradías, sucesivamente, a lo largo de ese siglo, sin que se conozca en la actualidad cual es su paradero.

Texto: María Victoria Botí

Foto: Ángel pasionario, obra del imaginero Francisco Ruiz Gijón, autor del paso del Despedimiento, encontrado recientemente (en 2009) en la Iglesia de San Isidoro de Sevilla, parroquia en la que tenía su sede desde 1645 esta cofradía. La foto está publicada en la web wikipedia en el sitio de esta dirección:
http://es.wikipedia.org/wiki/Archivo:%C3%81ngeles_iglesia_san_Isidoro.jpg

Bibliografía:
– Gelo Fraile, Romualdo, “Cofradía del Despedimiento de Nuestro Señor Jesucristo de su Santísima Madre, Santo Cristo de Virtudes y Dulce Nombre de María, establecida en la Parroquia de San Isidoro”, en www.degelo.com
- López Plasencia, José Cesáreo. "El paso de la Hermandad del Despedimiento, de la parroquia sevillana de San Isidoro. Fuentes e iconografía de un paso desparecido". Sevilla: Laboratorio de Arte nº 23, 2011

martes, 28 de junio de 2011

La aportación del Greco a la iconografía de La Despedida

 Archivo Fotográfico del Museo de Santa Cruz de Toledo
Fotografía: David Blázquez
El tema de la despedida de Jesús de la Virgen María, representado tanto en pintura como en escultura, tiene una importante aportación realizada por uno de los pintores más destacados en la España de los siglos XVI y XVII: El Greco, autor que a finales del siglo XVI, entre una serie de cuadros destinados a formar parte de la decoración de varios edificios religiosos, realizó la obra “Cristo despidiéndose de su Madre”, obra que ha servido de fuente de inspiración para la representación de esta escena en la imaginería pasional española, como es el caso del grupo de “La Despedida” realizado por Enrique Perez Comendador en 1957 para la Semana Santa de Zamora.

En el cuadro de El Greco realizado en 1595, a diferencia de cómo había sido representado este pasaje por otros autores, tanto en pintura como en el grabado, nos presenta La Despedida de Jesús de su Madre reduciendo únicamente a dos el número de personajes presentes en ella, dotando así la escena de una mayor espiritualidad e intimismo, logrando con ello alejar la tensión que en esos instantes sienten ambos ante el inminente inicio de la pasión y muerte de Cristo, de la que son conocedores.

El Greco representa en esta escena un atrayente juego de miradas que aporta a la obra uno de los elementos más sugerentes de su composición, en la que María, con gesto apenado, lleva su mano derecha hacia su pecho mientras que con la mano izquierda sujeta la de su Hijo, que la mira con ternura. Las potentes luces que el autor dirige hacia sus rostros resaltan la expresión de ambos en la escena.

La expresión contenida de Cristo y María es una novedosa aportación a la representación de este pasaje, que en otras obras es representado con diversos personajes desarrollando todos ellos papeles en exceso dramatizados y desbordantes. El intimismo que aporta El Greco al cuadro de La Despedida consigue acercar la escena al fiel devoto, y despertar en el su piedad y misericordia para con el prójimo.

Numerosos autores confirman que la fuente de inspiración utilizada por El Greco para esta obra fueron las “Meditaciones de Passione Iesu Christi”, atribuidas al franciscano San Buenaventura, rica fuente literaria de la que el maestro bebió en más de una ocasión, como lo fue también para la realización de su célebre y novedoso cuadro 'El Expolio.'

Texto: María Victoria Botí

Imagen: Cristo despidiéndose de su madre. El Greco, 1595. Óleo sobre lienzo. Museo de Santa Cruz. (Toledo)

Bibliografía:- López Plasencia, José Cesáreo. "El paso de la Hermandad del Despedimento, de la parroquia sevillana de San Isidoro. Fuentes e iconografía de un paso desparecido". Sevilla : Laboratorio de Arte nº 23, 2011
- Sánchez-Mesa Martín, Domingo, “Los temas de la Pasión en la iconografía de la Virgen. El valor de la imagen como elemento de persuasión”. Fundación Universitaria Española : Cuadernos de Arte e Iconografía’. Tomo IV - 7. 1991.
- Web Arte Historia: http://www.artehistoria.jcyl.es/

viernes, 24 de junio de 2011

Despedida de Cristo de su Madre. Uno de los temas de la Pasión en la iconografía de la Virgen María

Reflejamos en esta entrada la aportación realizada sobre la iconografía del pasaje de la Despedida de Jesús de la Stma. Virgen por el Catedrático de Historia del Arte de la Universidad de Granada, Domingo Sánchez-Mesa Martín, en un artículo publicado bajo el título “Los temas de la Pasión en la iconografía de la Virgen. El valor de la imagen como elemento de persuasión”, publicado en la revista ‘Cuadernos de Arte e Iconografía’. Tomo IV - 7. 1991, editada por la Fundación Universitaria Española:

Despedida de Cristo de su Madre
Junto a este hecho (la muerte de San José) hay, otro que tampoco aparece en los evangelios canónicos y en el que la Virgen tiene especial protagonismo, ya que es, junto a Jesucristo; el personaje principal. Me refiero a la Despedida de Cristo de su madre, tema en todo perteneciente al capítulo de la Pasión, tanto se sitúe al principio de la vida pública de Cristo, como en la semana anterior a su entrada en Jerusalén. Los dos momentos están cargados de circunstancias de pasión y dolor, ya que para ambos personajes lo por suceder les era conocido.

Recientemente el profesor Álvarez Lopera se ha ocupado del tema al estudiar La Pasión de Cristo en la pintura del Greco, publicado por la Fundación Universitaria en 1985. Parece que su origen está en las meditaciones atribuidas a San Buenaventura, y, por sus propios valores expresivos y humanos, el tema se divulgó a través de meditaciones místicas y representaciones medievales. En conclusión, suponía la despedida del Hijo que marchaba a su pasión y muerte. Por ello, en las representaciones conocidas, o se ha tratado -como en el caso del Greco- cargándolo de contenido trascendente, pero sin desmayos ni detalles de tragedia, o se le teatraliza, situando la escena en un espacio monumental y arquitectónico, donde las figuras representan unos papeles más dramatizados y desbordantes, como es el caso del cuadro de Lorenzo Lotto, en el que Cristo, de rodillas, con los ojos cerrados, sufre en su interior el desgarro de la despedida, mientras María, desmayada, es sostenida por San Juan y la Magdalena, personajes que ya preludian la escenas del Calvario. Y todo compuesto como si de una visión mística se tratara. La "ternura emotiva" de la que habla Wethey en el caso del Greco, se concentra tanto en los rostros, que dialogan en su espiritualizado silencio, como en las composiciones de las manos, que también podían -como pensó Camón- justificar el tema como una aparición tras su pasión y muerte, posibilidad que no parece aceptable a Álvarez Lopera, que, en su trabajo citado, se extiende en puntualizaciones sobre el tema. Quede aquí expuesta esta diferente manera de interpretar la escena que también fue tratada por otros autores, tanto plásticos como literarios, como es el caso del Romancero espiritual de Josef de Valdivieso, del que el citado trabajo recoge unos descriptivos versos.

Este texto forma parte del artículo “Los temas de la Pasión en la iconografía de la Virgen. El valor de la imagen como elemento de persuasión”, publicado en la revista ‘Cuadernos de Arte e Iconografía’. Tomo IV - 7. 1991. Editada por la Fundación Universitaria Española.

La pintura que ilustra esta entrada se titula "Jesús Despidéndose de su Madre", 1521. Obra de Lorenzo Lotto (Venecia, 1480-1556). Oleo sobre lienzo. Staatliche Museen, Berlin

miércoles, 22 de junio de 2011

El paso de "La Separazione" en la ‘Procesión de los Misterios de la Pasión’ de Trapani - Sicilia

Aunque pocos, existen precedentes de la representación de la escena de La Despedida de Jesús de la Stma. Virgen en las procesiones de otras semanas santas, tanto en España como otros paises. Es en Italia donde se conoce el grupo de mayor antigüedad, y que aún se sigue procesionando, con el que se ha representado esta escena en los cortejos penitenciales de Semana Santa.


“La Separazione" (La Despedida), forma parte de una de las más famosas semanas santas de las celebradas en Italia, concretamente la de Trapani (Sicilia), ciudad especialmente conocida por su singulares procesiones, entre las que destaca la llamada “Procesión de los Misterios de la Pasión de Nuestro Señor Jesucristo” (“Processione dei Misteri”), que desde el siglo XVII se desarrolla en la primera tarde de cada Viernes Santo, hasta el mediodía del Sábado Santo, en esa localidad.


Forman parte de esta procesión veinte grupos ('grupi dei misteri'), cuyo orden en la misma es: La Separazione (La Despedida, despedimiento o separación de Jesucristo y la Stma.Virgen antes de la pasión); Lavanda (Lavatorio de los pies); Getsemani (Oración en el Huerto); l´Arresto (el Prendimiento); Cedrón (escena de la caída del Cedrón, existente curiosamente en la Semana Santa malagueña: “Nuestro Padre Jesús de la Puente del Cedrón”); Hanna (Jesús ante Ana); Negazione (Negación de San Pedro); Erode (Jesús ante Herodes); Flagellazione (Columna y Azotes); Coronazione (Coronación de Espinas); Ecce Homo (Presentación al Pueblo); Sentenza (Sentencia); Calvario (Jesús Nazareno o Jesús con la cruz al hombro); Spogliazione (Jesús Despojado); Sollevazione (Exaltación); Costato (Lanzada); Deposizione (Descendimiento); Transporto (Traslado al Sepulcro); y finalmente La Urna (con el Señor Yacente) y l´Addolorata (la Virgen Dolorosa o la Soledad).


Las imágenes que forman la procesión de “los misterios” son obras de importantes imagineros italianos que desarrollaron su producción artística en esa ciudad entre los siglos XVII y XVIII. Entre estos destacados imagineros se encuentran Mario Ciotta (fines XVII-XVIII), Baldassare Pisciotta, Domenico y Francesco Nolfo, Antonio Nolfo, Giuseppe Milanti.


El grupo de La Separazione (La Despedida), es obra de Mario Ciotta y fue encargado por la Cofradía Penitencial de la Preciosa Sangre de Cristo (que comenzó la constitución de sus veinte misterios en el año 1603). El paso fue confiado, mediante acta notarial (6 de abril de 1621), al gremio de orfebres y joyeros (ars arificum), que se ocupa aún de su conservación y ornato. Se consituyó con la condición de que ningún otro paso podría precederlo en la procesión.


La escena, que da inicio a la procesión, está compuesta por tres imágenes: Jesús, La Virgen María y San Juan. En ella se representa el momento en el que Jesús, consciente del destino de muerte y gloria que le espera, se despide de su Madre en presencia de Juan, el discípulo predilecto de Cristo, reflejando todos ellos en sus rostros una profunda tristeza.



El escultór plasmó así este momento previo a la Pasión formando una 'Sacra Conversazione', con unos personajes en acitud itinerante. La escena puede ser considerada resultado del influjo ejercido por la imaginería procesional de España en Sicilia durante la última etapa de la dominación española (1412 - 1713).


Este paso, como el resto de los pasos de Trapani, es portados sobre andas con una forma y reglas características que allí denominan “l´annacata”. Los “massari” (los portapasos), que cargan sobre su hombro estos pasos por las estrechas callejas de esta ciudad, levantan una gran admiración a cuantos los contemplan. Los “massari” son dirigidos en sus maniobras por un capataz que allí se denomina “capurali”.



Bibliografía:
- Web ‘Arte Sacro’: http://www.artesacro.org/Noticia.asp?idreg=40163
- Web ‘La Processione dei Misteri’:
http://www.processionemisteritp.it/spagna%20versione%20spagnola/spagna%20spartenza.htm
- López Plasencia, José Cesáreo. "El paso de la Hermandad del Despedimento, de la parroquia sevillana de San Isidoro. Fuentes e iconografía de un paso desparecido". Sevilla : Laboratorio de Arte nº 23, 2011.

Texto: María Victoria Botí

Fotos: Publicadas en la web La Processione dei Misteri (processionemisteritp.it)

lunes, 20 de junio de 2011

El grupo de 'La Despedida de Jesús de la Stma. Virgen' de la Cofradía California

La Despedidaa de Jesús de la Stma. Virgen, obra de José Hernández Navarro (2004). Procesión del Stmo. Cristo de la Misericordia y María Stma. del Rosario en sus Misterios Dolorosos. Viernes de Dolores.Madera de cedro. Imágenes de vestir. Cristo: 185 cm. Virgen María 170 cm.

Con el nacimiento del arte cristiano, la imagen se convierte en elemento de propagación de la enseñanza de la Iglesia como aliada de la palabra escrita o hablada.

Tras el Concilio de Trento se optó por el realismo de las escenas de infancia, pasión y muerte de Cristo. Con el drama de la pasión y la ternura de la infancia, se une el tema de la maternidad de María, la Mater Amabilis, en contemplación amorosa, y la Mater Dolorosa, partícipe de la pasión y el dolor de su hijo.

Con esta diferenciación entre la vida pública y privada, la representación iconográfica de María varía adaptándose al desarrollo de la vida de su hijo. Por lo que tendríamos las premoniciones y presentimientos de la Pasión, con momentos recogidos en el Evangelio como la Huida de Egipto, el niño perdido en el Templo… y otros que no aparecen pero que son aceptados popularmente, como la Despedida de Jesús de su Madre; y los pasos y escenas propiamente de la Pasión.

El tema elegido para la representación de este grupo procesional es La Despedida de Jesús de su madre, la Santísima Virgen, escena creada por la devoción de las meditaciones místicas y popularizada por las representaciones de los Misterios medievales.

El tema pertenece al capitulo de Pasión, la Despedida se puede situar tanto en el momento en que termina su vida privada y comienza la pública, como en el momento en que comienza su camino de Pasión, pues tanto en un momento como en otro los dos son conocedores del doloroso destino que les aguarda.

María se convierte en protagonista junto a su hijo, y adquiere la misma importancia en la representación. La emoción se muestra en sus rostros callados como en la contemplación de las manos, que se aproximan sin tocarse. Realizadas para vestir, no muestran ningún tipo de divinidad ni en su vestuario ni en joyas, convirtiendo el momento en una escena cotidiana y acercándolo al sentimiento popular.

José Hernández realiza una gran interpretación del momento acercándose a la composición del grupo que con la misma iconografía desfila en la ciudad de Zamora desde 1957. Este grupo fue el que sirvió de inspiración en la elección del tema del paso.

Texto: Dolores Agüera Olivo

(Este texto forma parte del catálogo de la exposición "Los Californios", Cartagena -octubre 2006 - enero 2007)



Foto: Amadeo Terol. Trono de La Despedida de la Agrupación del Ósculo. Cofradía California

Creación y origen de la Damas Portapasos de La Despedida

El grupo de Damas Portapasos de La Despedida de Jesús de la Santísima Virgen lo crea en el año 1997 la Agrupación del Ósculo de la Cofradía California para dotar con un trono y escena al Tercio Femenino de esta Agrupación, tercio que tiene su origen en el año 1989, en el que un nuevo tercio de la Agrupación del Ósculo se incorpora a la procesión del Viernes de Dolores de esta Cofradía. Este tercio inicialmente sería mixto hasta que pudo ser completado en su totalidad por mujeres, convirtiéndose así en el Tercio Femenino de esta Agrupación.


Este nuevo tercio desfilará hasta el año 1993 delante del Trono Insignia de la Cofradía California, ostentando la representación de nuestra Cofradía en esa procesión, hasta que en 1994 el Trono Insignia pasó a ser procesionado por el Tercio Femenino de la Agrupación del Prendimiento, titular de Los Californios.



Tras varios años desfilando sin trono, en 1998 la Agrupación incorpora por fin a esta procesión un nuevo trono, el de "La Despedida de Jesús de la Santísima Virgen", que sería portado por el nuevo grupo de Damas Portapasos.

La escena de ‘La Despedida’ se compuso originalmente por dos imágenes ya existentes en esta cofradía, la imagen de Cristo, obra del escultor local Juan José Quirós, que forma parte de la escena ‘La curación del ciego’, y la imagen de la Virgen María, obra de Juan García Talens, que forma parte del grupo de ‘La Vuelta del Calvario’. Estas imágenes han procesionado conformando esta escena hasta que en el año 2004 fue estrenado el grupo que en la actualidad representa ‘La Despedida de Jesús de la Stma. Virgen’, obra realizada por el escultor José Antonio Hernández Navarro.


La escena representa el momento en el que Cristo se despide de su Madre para iniciar su Pasión. Cristo con el brazo y su mano extendida, que instantes antes ha estado entrelazada entre las manos de su Madre, como gesto de despedida, se aleja de ella reflejando ambos en sus rostros un gesto contenido de tristeza, pues ambos son conocedores del destino que les espera.


El nuevo trono que portaría las imágenes de La Despedida en esta procesión se realizó en el año 1998 por los talleres de José Lorente, de Nonduermas (Murcia), según planos de Luis Pelegrín García, siendo remodelado y ampliado en el año 2002, en el que se estrena la actual peana superior, realizada también por los Talleres Lorente de Nondurmas.


El trono de 'La Despedida', realizado en madera tallada y dorada en oro, está conformado por dos cuerpos, una peana inferior en donde se alojan cinco varales en sus partes delantera y trasera, y una peana superior, sobre la que se sitúa la escena, compuesta por una base sobre cuatro esquinas talladas y doradas en oro con forma de volutas y arabescas. Completa el conjunto cuatro escudos situados en cada uno de sus lados sobre la peana inferior, que representan la Agrupación del Ósculo, la Cofradía California, el escudo de Cartagena y el de la Casa Real, por ser Madrina de Honor del grupo de Damas Portapasos su Majestad la Reina Doña Sofía.

La peana superior acoge cuatro cartelas de metal dorado, iluminadas por luz de vela de parafina, con tulipas de color caramelo, decoradas en su base por lágrimas de cristal que en el transcurso de la procesión producen un singular tintineo al chocar entre ellas.

El trono es portado 120 Damas Portapasos cuyo vestuario consta de túnica de lanilla negra, fajín de raso color naranja bordado con en oro con el escudo de la Agrupación del Ósculo (realizados por dos de sus damas portapasos: Maria del Carmen Pagán Solano y Matilde Padín Pagán), guantes y pañuelo blancos, calcetines y zapatillas negras.

La foto del actual trono de La Despedida de Jesús de la Stma. Virgen, y sus Damas Portapasos, es obra de María Dolores Vilar Albaladejo